La
revaloración de la importancia que tienen para el hombre las especies animales
y vegetales ha impulsado una nueva conciencia para protegerlos y utilizarlos
más racionalmente.
Esta
revaloración ha influido sobre las relaciones económicas entre los mercados
internacionales. En el caso de las relaciones comerciales agropecuarias a nivel
mundial y la competitividad de los productos del campo, éstas han sido
reestructuradas con base a los siguientes ejes: la producción de mayores
cantidades de alimentos, de mayor calidad alimentaria, con mayores estándares
sanitarios que garanticen que no existe riesgo al consumirlos, y un creciente y
más justo intercambio comercial entre las naciones.
En
lo que respecta a la producción de alimentos sostenible, intensificada y
diversificada, se reconoce que se requiere aumentar la productividad y la
eficiencia, y reducir los desperdicios
y las pérdidas, teniendo en cuenta la necesidad de conservar los recursos
naturales. Para lograr esto, se habrán
de promover sistemas de producción ganadera más eficientes y sostenibles,
mejorando las tierras de pastoreo, los cultivos forrajeros y el uso múltiples
fuentes de forrajes para los animales.
Por
otro lado, en lo relativo a la calidad de los alimentos, se ha observado que en
los últimos años la sanidad de los mismos se ha convertido en un mecanismo
estratégico de seguridad alimentaria; de protección a la salud humana, animal y
vegetal; de preservación del medio ambiente y de los recursos naturales; es
también un elemento para elevar la producción y el comercio con base en los
estándares internacionales que certifiquen su inocuidad y calidad; y, es un
factor decisivo para regular el intercambio de alimentos a nivel internacional.
A
este respecto se considera prioritario asegurar la prevención eficaz y la lucha
progresiva contra las plagas y enfermedades de los animales, especialmente las
de carácter transfronterizo que podrían desestabilizar los mercados y provocar
la adopción de medidas comerciales restrictivas para los productos del país.
Igualmente
resalta la importancia de combatir las amenazas ambientales a la seguridad
alimentaria, como la sequía, la desertificación, las plagas, la erosión de la
diversidad biológica y la degradación
de los recursos naturales de tierras y aguas; y, restablecer y rehabilitar la
base de recursos naturales, como el agua y las cuencas hidrográficas en las
zonas empobrecidas y excesivamente explotadas. Para lo cual es necesario:
a)
Promover la
conservación y la utilización sostenible de los recursos zoogenéticos.
b)
Aplicar estrategias de
desarrollo rural integrado que fomenten el empleo, la formación técnica, la
infraestructura, las instituciones y los servicios.
c)
Fomentar sistemas de
producción, elaboración y comercialización de alimentos que aumenten las
oportunidades de empleo estable, lucrativo, igualitario y equitativo.
d)
Fomentar en las zonas
rurales la diversificación productiva mediante actividades fuera de la granja
que combinen la producción agrícola, pecuaria, pesquera y forestal con actividades
de elaboración y comercialización, industrias artesanales y turismo.
e)
Estimular la
organización social y económica de la población rural, fomentando la formación
de cooperativas, organizaciones comunitarias y asociaciones de desarrollo.
México
se ha integrado a los principales foros internacionales, regionales y
binacionales donde se definen las reglas y normas que rigen los estándares
internacionales de sanidad, y ha establecido acuerdos para la armonización de
la normatividad en sanidad agropecuaria, el intercambio de información y la
comercialización de los productos pecuarios.
Las
oportunidades del subsector pecuario en el mercado internacional en lo que
respecta a productos cárnicos se ubican principalmente en Asia, aunque los
subproductos como la piel y los productos elaborados como el calzado tienen una
demanda mundial importante, lo cual resulta muy favorecedor para el estado si
consideramos que en las ultimas tres décadas ha sido considerado como líder en
producción ganadera de nuestro país.
Jalisco
muestra una especialización en la producción de carne de cerdo ocupando el
primer lugar nacional con el 19.93% del total nacional en 1993 y 17.79% en
1994. Su supremacía y especialización en el abastecimiento de leche se
manifiesta en el hecho de duplicar en varios años el nivel de producción del
estado de Veracruz, que estaba en segundo lugar. Igualmente, el estado muestra
supremacía y tendencia a la especialización en el abasto de carne de ave, su producción anual subió de 7.46% del total
nacional en 1989 a 12.13% en 1994. Por otra parte en producción de huevo a
nivel nacional, muestra una clara
especialización en el abasto ya que su producción porcentual va de 20.06% en
1989 a 25.85% logrado en 1994. En lo referente a la producción de carne de
bovino, está entre los seis principales estados productores con una aportación
del 14.47% del total nacional en 1994, año en que ocupa el primer lugar.
Por
otro lado, el estado ocupó el sexto y séptimo lugar en el abastecimiento de
carne de caprino, con un rango de producción de 2.58% en 1989 a un 5.61% en
1993. De manera similar se mantuvo en este mismo lugar en lo que respecta a la
producción nacional de leche de caprino. En cuanto a la producción de miel, se
ubicó entre los tres principales lugares, con un aporte en porcentaje del
volumen total nacional de 6.61% en 1989, hasta 12.45% logrado en 1993.
Sin embargo, se considera que la actividad pecuaria
presenta problemas que requieren atención prioritaria en los aspectos de rezago
tecnológico, dependencia exterior en tecnología genética, y una limitada
regulación ambiental. Igualmente, se reconoce que la actividad pecuaria,
concretamente la ganadería extensiva, es una de las principales causas de
degradación del suelo y de la pérdida de cobertura forestal.