Forestal

 

Actualmente, con la inclusión del discurso sobre el desarrollo sostenible al aprovechamiento forestal, se han incorporado a la planeación silvícola diversos aspectos que parten de una ordenación de los bosques que los considera como sistemas ecológicos con múltiples aportes a la seguridad alimentaria, la energía rural, la economía y los valores medioambientales, por lo que además del aprovechamiento de los recursos maderables, se considera la importancia de los recursos forestales no maderables, los beneficios de las actividades de recreo y educación, y su compatibilidad con la protección del hábitat y la conservación de la diversidad biológica.

 

Desde esta perspectiva, la planeación del aprovechamiento forestal considera sistemas de tala y extracción de impacto reducido, cambios tecnológicos en las industrias forestales, y la introducción de las políticas de restauración que incluyen aspectos como el abordaje de las causas de la deforestación y las acciones de reforestación.

 

Se reconoce también, que el reto principal del sector forestal en un marco de sustentabilidad será la satisfacción de la demanda de productos forestales sin afectar la capacidad de los bosques de prestar los servicios ecológicos de conservación de diversidad biológica, de alivio al cambio climático global y de protección contra la desertificación y degradación de recursos edafológicos e hídricos. Para dar solución a este reto se requieren cambios importantes como la adopción de nuevas leyes, la reorganización institucional, la redefinición de la función del estado, la descentralización de responsabilidades a los grupos locales, una distribución equitativa de los beneficios, la salvaguarda de los derechos de sus habitantes, y asegurar la participación general en la toma de decisiones.

 

En el caso de México, el marco normativo vigente en materia forestal atiende a la mayoría de los requerimientos necesarios para lograr un aprovechamiento forestal sustentable, pues señala que las normas a que se sujetará el aprovechamiento de los recursos forestales del país y las medidas de fomento que se adopten, tienen la finalidad de:

 

I.                     Conservar, proteger y restaurar los recursos forestales y la biodiversidad de sus ecosistemas.

II.                   Proteger las cuencas y cauces de los ríos y los sistemas de drenaje natural, así como prevenir y controlar la erosión de los suelos y procurar su restauración.

III.                  Lograr un manejo sustentable de los recursos forestales, que contribuya al desarrollo socioeconómico de los ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios, comunidades indígenas y demás propietarios o poseedores de dichos recursos, con pleno respeto a la integridad funcional y a las capacidades de carga de los ecosistemas de que forman parte los recursos forestales.

IV.               Crear las condiciones para la capitalización y modernización de la actividad forestal y la generación de empleos en el sector, en beneficio de los ejidos, las comunidades, los pequeños propietarios, comunidades indígenas y demás personas físicas y morales que sean propietarios o legítimos poseedores de recursos forestales.

V.                 Fomentar las forestaciones con fines de conservación, restauración y comercialización.

VI.               Impulsar el desarrollo de la infraestructura forestal, sin perjuicio de la conservación de los recursos naturales.

VII.              Promover la cultura forestal, a través de programas educativos, de capacitación, desarrollo tecnológico e investigación en materia forestal.

VIII.            Promover la participación de las comunidades y de los pueblos indígenas en el uso, protección, conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos forestales existentes en los territorios que les pertenezcan, considerando su conocimiento tradicional en dichas actividades.

IX.               Incrementar la participación corresponsable de la sociedad en la protección, conservación, restauración y aprovechamiento sustentable de los recursos forestales.

X.                 Integrar y mantener actualizada la información relativa a los recursos forestales del país.

XI.               Fomentar el uso múltiple de los ecosistemas forestales evitando su fragmentación, propiciando su regeneración natural y protegiendo el germoplasma de las especies que lo constituyen.

XII.              Promover el desarrollo tecnológico y la investigación en materia forestal, así como el establecimiento de programas de generación y transferencia de tecnología en la materia.

XIII.            Fomentar la cultura forestal mediante programas educativos y de divulgación que permitan a la población valorar la importancia de la conservación, protección y aprovechamiento sustentable de los recursos forestales.

XIV.          Promover la coordinación entre los distintos niveles de gobierno y la concertación de éstos con los diversos sectores de la sociedad para el logro de los fines de la presente ley.

 

Se consideran terrenos forestales aquellos que están cubiertos por bosques, selvas o vegetación forestal de zonas áridas. Los terrenos de aptitud preferentemente forestal son aquellos que no estando cubiertos por vegetación forestal de los tipos mencionados, por sus condiciones de clima, suelo y topografía, puedan incorporarse al uso forestal, siempre que tenga una pendiente mayor al 15%, con una extensión superior a 25 metros de longitud.

Para proteger los procesos de regeneración natural, los bosques, selvas y zonas áridas que hayan perdido su vegetación forestal o sea afectada total o parcialmente por un siniestro, sea incendio, plagas, enfermedades o por fenómenos meteorológicos y en general por causas naturales o la acción humana, se seguirán considerando como forestales, no como acahuales. Se exceptúan los terrenos en que se haya autorizado el cambio de uso de suelo.

 

Se excluyen de ser considerados como terrenos forestales o de aptitud preferentemente forestal a aquellos terrenos que, sin sufrir degradación permanente, puedan ser utilizados en agricultura y ganadería; los situados en áreas urbanas; y, los terrenos cubiertos por acahuales.

 

La zonificación de los terrenos forestales y de aptitud preferentemente forestal tiene como fundamento al inventario forestal nacional y al ordenamiento ecológico como un instrumento de apoyo, según los siguientes criterios:

 

Se consideran zonas de conservación y aprovechamiento restringido:

Superficies con vegetación forestal que por sus características físicas y biológicas están sometidas a un régimen de protección, con aprovechamientos restringidos que no pongan en riesgo el suelo, la calidad del agua y la biodiversidad, las que incluyen:

a)     Áreas naturales protegidas.

b)     Superficies para conservar y proteger el hábitat existente de las especies y subespecies de flora y fauna silvestres terrestres y acuáticas en peligro de extinción, amenazadas, raras y las sujetas a protección especial señaladas en los ordenamientos legales correspondientes.

c)      Franja protectora no menor de 20 metros contados a partir de las orillas de los cauces y otros cuerpos de agua permanentes, cuyo ancho podrá aumentarse en términos de las normas oficiales mexicanas y otros instrumentos legales aplicables.

d)     Superficies con pendientes mayores al 100 por ciento o 45 grados.

e)     Superficies localizadas por arriba de los 3,000 metros sobre el nivel del mar.

f)        Superficies con vegetación de manglar o bosque mesófilo de montaña.

g)     Superficies con vegetación de galería.

 

Se consideran zonas de producción:

a)     Terrenos forestales o de aptitud preferentemente forestal de productividad maderable alta, los que se caracterizan por tener una cobertura de copa natural de más del 50 por ciento y una altura promedio de los árboles dominantes igual o mayor a 16 metros.

b)     Terrenos forestales o de aptitud preferentemente forestal de productividad maderable media, los que se caracterizan por tener una cobertura de copa natural de entre 20 y 50 por ciento o una altura promedio de los árboles dominantes menor de 16 metros.

c)      Terrenos forestales o de aptitud preferentemente forestal de productividad maderable baja, los que se caracterizan por tener una cobertura de copa natural inferior al 20 por ciento.

d)     Terrenos con vegetación forestal de zonas áridas, aptos para el aprovechamiento de recursos no maderables.

e)     Terrenos adecuados para realizar forestaciones.

 

Se consideran zonas de restauración:

a)     Terrenos con degradación alta, caracterizados por carecer de vegetación forestal y mostrar evidencia de erosión severa, con presencia de cárcavas.

b)     Terrenos con degradación media, caracterizados por tener una cobertura de copa menor al 20 por ciento y mostrar evidencia de erosión severa, con presencia de canalillos.

c)      Terrenos con degradación baja, caracterizados por tener una cobertura de copa inferior al 20 por ciento y mostrar evidencia de erosión laminar.

d)     Terrenos degradados que ya estén sometidos a tratamientos de recuperación, tales como forestación, reforestación o regeneración natural. Estos terrenos, una vez restaurados, se clasificarán como de conservación y producción.

 

Para fines de aprovechamiento y mitigación de los efectos adversos que sobre estos recursos forestales se generen, a la fecha se encuentran vigentes las siguientes normas oficiales mexicanas:

 

Para el caso de Jalisco, la aplicación de este marco normativo para un aprovechamiento con criterios de sustentabilidad resulta importante, ya que la superficie forestal es de 4.8 millones de hectáreas, aproximadamente el 60% del territorio jalisciense total, que lo ubica en el 12º lugar nacional. En cuanto a producción, se encuentra entre los primeros 5 estados del país con una aportación del 9% de la producción forestal nacional.

 

El género Pinus es el de mayor distribución y mayor demanda con alrededor del 85% de la producción; le sigue el género Quercus con un porcentaje aproximado del 10% de la producción, con un limitado uso para el aserrio, destinándose en su mayoría para la elaboración de carbón, leña y otros usos domésticos.

 

Entre los recursos forestales no maderables, la resina de pino es el principal producto. Se aprovecha tradicionalmente en la región de Tapalpa y algunos municipios de sur del estado, la cual es procesada una parte en esta región y otra es trasladada al estado de Michoacán. Otro producto que tiene una gran significación es el orégano colectado en  6 municipios de la zona norte del estado, distinguiéndose a Jalisco como el principal productor de orégano a nivel nacional. Otros productos no maderables son la goma de chilte, la tierra de monte, la palma real, y el heno.

 

En Jalisco se aplican diversos sistemas de aprovechamiento forestal caracterizados por el manejo de los bosques naturales, es decir,  basados en al regeneración natural. Estos sistemas son:

a)     Región de Cd. Guzmán, se aplica el Programa de Manejo Integral Forestal de la Región Atenquique (PMIFRA), diseñado exclusivamente para los bosques de esta región.

b)     Región Mascota, sobresale la aplicación del Sistema de Conservación y Desarrollo Silvícola (SICODESI) que también es aplicado en otras regiones del estado.

c)      Región Tapalpa, se aplica el Sistema de Manejo Integral (SIMANIN), que fue hecho ex profeso para un conjunto predial en Tapalpa.

d)     En las selvas se aplica el Plan Costa de Jalisco.

 

Otros sistemas de manejo son el Método Mexicano de Ordenación Bosque Irregulares (MMOBI), el Método de Desarrollo Silvícola (MDS) y el Sistema de Cortas Sucesivas de Protección (SICOSUP).

La degradación del recurso forestal a causa de los agentes de perturbación como los incendios, las plagas y enfermedades, el cambio de uso del suelo o conversión de tierras con fines agropecuarios, el sobrepastoreo, los aprovechamientos no planeados o ilegales, representa un problema que se refleja en la existencia de alrededor 1.4 millones de hectáreas en condiciones de degradación, que representan el 16% de la superficie forestal total. En el ámbito nacional la entidad se coloca en el 6º lugar en superficie degradada. (Inventario Forestal Periódico 1994)

 

En cuanto a terrenos de aptitud forestal dedicados a otros usos o en proceso de degradación por incendios, plagas y otros factores, incluyendo a los terrenos con riesgos de erosión evidente se reporta una superficie de 1.5 millones de hectáreas, las cuales requieren de algún tipo de trabajo de restauración.