Asentamientos Humanos
Desde la celebración de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo
en 1972, se reconoce que la protección y mejoramiento del medio humano es una
cuestión fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo
económico del mundo entero, al mismo tiempo que es un deseo urgente de los
pueblos de todo el mundo y un deber de todos los gobiernos.
Los pronunciamientos
mundiales que orientan actualmente las políticas de desarrollo urbano sustentable
se encuentran bien definidas en el Informe de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en
1992, en el que se identifican áreas de programas relativas a:
a) Suministro de
vivienda adecuada para todos.
b) Mejoramiento
de la administración de los asentamientos humanos.
c) Promoción de
la planificación y la ordenación sostenible del uso de la tierra.
d) Promoción de
la integración de la infraestructura ambiental: agua, saneamiento y manejo de desechos sólidos.
e) Promoción de
sistemas sostenibles de energía y transporte en los asentamientos humanos.
f)
Promoción de la planificación y gestión de los asentamientos humanos
en las regiones propensas a los desastres.
g) Promoción de
actividades sostenibles en la industria de la construcción.
h) Promoción del
desarrollo de los recursos humanos y el aumento de la capacidad para el avance
de los asentamientos humanos.
Más recientemente, en la
Declaración de Estambul sobre los Asentamientos Humanos en 1996, se reconoce la
necesidad de mejorar la calidad de los asentamientos y se plantean objetivos en
dos vertientes:
a) Vivienda
adecuada para todos, como una condición indispensable para el bienestar físico,
psicológico, social y económico del ser humano.
b) Desarrollo
sostenible de los asentamientos humanos, que combine el desarrollo económico,
el desarrollo social y la protección del medio ambiente.
Los principios que rigen
esta política de asentamientos humanos son la equidad, erradicación de la
pobreza, el desarrollo sostenible, la calidad de vida, el fortalecimiento de la
familia, el respeto de los derechos y responsabilidades, la participación
comunitaria, la solidaridad, el compromiso con las generaciones futuras y la
salud humana.
Estos principios también se
encuentran reflejados en la Ley General de Asentamientos Humanos pues se
establece que el ordenamiento territorial de los asentamientos humanos y el
desarrollo urbano de los centros de población tenderá a mejorar el nivel y
calidad de vida de la población urbana y rural, mediante:
a) La vinculación
del desarrollo regional y urbano con el bienestar social de la población.
b) El desarrollo
socioeconómico sustentable del país, armonizando la interrelación de las
ciudades y el campo y distribuyendo equitativamente los beneficios y cargas del
proceso de urbanización.
c) La
distribución equilibrada y sustentable de los centros de población y las
actividades económicas en el territorio nacional.
d) La adecuada
interrelación socioeconómica de los centros de población.
e) El desarrollo
sustentable de las regiones del país.
f)
El fomento de centros de población de dimensiones medias.
g) La
descongestión de las zonas metropolitanas.
h) La protección
del patrón de asentamiento humano rural y de las comunidades indígenas.
i)
La eficiente interacción entre los sistemas de convivencia y de
servicios en los centros de población.
j)
La creación y mejoramiento de condiciones favorables para la relación
adecuada entre zonas de trabajo, vivienda y recreación.
k) La
estructuración interna de los centros de población y la dotación suficiente y
oportuna de infraestructura, equipamiento y servicios urbanos.
l)
La prevención, control y atención de riesgos y contingencias
ambientales y urbanos en los centros de población.
m) La
conservación y mejoramiento del ambiente en los asentamientos humanos.
n) La
preservación del patrimonio cultural de los centros de población.
De acuerdo con esta
política de desarrollo urbano el Programa Nacional de Desarrollo Urbano
1995-2000 plantea dos grandes objetivos: propiciar el ordenamiento territorial
de las actividades económicas y de la población conforme a las potencialidades
de las ciudades y de las regiones e inducir el crecimiento de las ciudades de
forma ordenada, de acuerdo con las normas vigentes de desarrollo urbano y bajo
principios sustentados en el equilibrio ambiental de los centros de población,
con apego a la autonomía estatal y a la libertad municipal.
Igualmente señala objetivos
particulares con respecto al fortalecimiento del desarrollo de las áreas
rurales, la consolidación de las ciudades medias y pequeñas de relevancia
nacional, la promoción de la refuncionalización económica de las zonas
metropolitanas, el mejoramiento de las condiciones de vida de la población
mediante la ampliación de la oferta de suelo, infraestructura, transporte,
equipamiento y servicios urbanos, dando
prioridad a las obras dirigidas a la población con menores ingresos,
preferentemente en los aspectos de agua potable, alcantarillado, educación y
salud.
En cuanto al Programa de
Medio Ambiente 1995-2000, se consideran criterios para un desarrollo urbano
sustentable:
a) Evitar el
crecimiento suburbano extensivo y descontrolado, propiciando la densificación y
promoviendo el uso diversificado, eficiente y plurifuncional del suelo, de
manera compatible con expectativas de calidad de vida y seguridad.
b) La
revitalización de centros históricos y otras áreas centrales mediante la
promoción de la inversión pública y privada dando particular importancia a
programas de vivienda con un claro sentido urbano.
c) La
conservación y manejo efectivo de las áreas verdes y de las zonas de
conservación ecológica.
d) La creación y
mantenimiento de espacios públicos, la convivencia colectiva como factor de
identidad, cohesión social y calidad de vida.
e) Mantener una
política que atienda a los ciclos de vida de distintos áreas urbanas, previendo
el decaimiento y combatiendo el abandono y el deterioro urbano, mediante
programas y acciones de renovación, reciclaje y re-desarrollo del suelo urbano.
Jalisco
es la cuarta entidad más poblada del país con el 7.5% de la población nacional
y también es un centro de atracción donde la población emigrante representa el
15% de la población total.
Se
reconoce que los principales problemas del estado se relacionan con la
distribución desigual de la población que se manifiestan en los dos fenómenos
opuestos: la concentración y la dispersión. En la zona metropolitana de
Guadalajara se concentra el 54% de la población total, el 70% de la industria y
el 60% del comercio, siendo la segunda aglomeración humana en México. Esto
evidencia síntomas de degradación social y ambiental, y restringe el desarrollo
de otras regiones del estado. En relación a la extrema dispersión de la
población rural, 1.2 millones de jaliscienses viven en localidades menores de
5,000 habitantes, lo que obstaculiza la dotación de servicios básicos y
propicia el aislamiento y falta de comunicación.