DECLARACIÓN
DE RÍO DE JANEIRO
ANTECEDENTES
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, la comunidad internacional abordó el reto de articular un modelo de desarrollo global que, sin restar independencia a las decisiones nacionales, fuera capaz de trazar parámetros comunes para asegurar, conjuntamente con el desarrollo económico, el bienestar social y ambiental de la humanidad. Durante ese foro, se planteó el desarrollo sustentable como la única estrategia a seguir para asegurar un desarrollo ambientalmente adecuado y de largo plazo.
México adoptó medidas
para avanzar hacia una sociedad sustentable, mismas que se tradujeron en el
desarrollo de instituciones ambientales y en la modernización de la gestión
ambiental. También se iniciaron cambios en los esquemas de aprovechamiento de
recursos naturales para que su desempeño fuera acorde con el medio ambiente.
Sin embargo, los logros alcanzados resultaron modestos comparados con los retos
que ha enfrentado la sociedad mexicana en las últimas décadas. Las tasas de
degradación ambiental continúan, e incluso, aumentan después de la Conferencia
de Río, por lo que se demanda, con sentido de urgencia y alta prioridad
política, una nueva estrategia, una nueva visión y, sobre todo, un nuevo
compromiso político dirigido a promover el desarrollo sustentable en México.
Diez años después de
Río, y respondiendo al mandato de la Resolución 55/199 de la Asamblea General
de Naciones Unidas, los líderes del mundo han decidido reunirse nuevamente en
la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sustentable (CMDS), en Johannesburgo,
Sudáfrica, para evaluar el cumplimiento de la Agenda 21 y los avances hacia la
sustentabilidad alcanzados por los países participantes, así como las tareas
que aún están pendientes.
Como parte de los
preparativos para la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, los
titulares de las secretarías de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente y
Recursos Naturales Jorge G. Castañeda y Víctor Lichtinger, respectivamente,
instalaron el Comité Nacional Preparatorio para dicha Cumbre, con el propósito
de actuar conjuntamente entre gobierno y sociedad para establecer la posición
de México ante este evento de trascendencia internacional.
En ese contexto, la
Semarnat ha promovido la participación social, con el apoyo de la Unidad
Coordinadora de Participación Social y Transparencia, mediante el Proyecto
PNUD- Semarnat, así como de diversos organismos públicos y privados, a través
de talleres y seminarios en los que se convocó a un amplio proceso de consulta
abierta, incluyente, y equitativa en torno a temas prioritarios relacionados
con la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo sostenible a
escala global.
Para esta labor se
contó con la participación de integrantes de los Consejos Consultivos
Regionales para el Desarrollo Sustentable y de los Grupos Principales, habida
cuenta del trabajo continuo y propicio que han realizado por muchos años y
muchos de ellos desde el proceso que se inició a partir de la Cumbre de Río en
1992.
1.- Antecedentes
2.- Objetivos de la
Cumbre.
3- Participación de
México en las actividades previas a la Cumbre.
4.- Propuestas de
México para la Cumbre
5.- Participación de
México durante la Cumbre
6.- Principales
acuerdos alcanzados en la Cumbre
7.- Seguimiento por
parte de México.
1.- Antecedentes
La Conferencia sobre el
Medio Ambiente Humano, realizada en Estocolmo en 1972, fue la primera
conferencia global sobre el medio ambiente, en la que se decidió incluir
conjuntamente los temas de desarrollo y los compromisos principales se
contienen en la Declaración sobre el Medio Ambiente Humano, el Plan de Acción
para el Medio Ambiente Humano y en la Resolución de Arreglos Institucionales y
Financieros.
A principios de la
década de los ochenta, se planteó la necesidad de fomentar el desarrollo
sustentable a partir de una mayor conciencia acerca del deterioro ambiental,
por lo que la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 1983, la
Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo.
Esta Comisión se
dedicó al análisis y documentación del vínculo entre desarrollo y medio
ambiente, cuyas conclusiones constituyeron un antecedente importante para los
trabajos preparatorios de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo (CNUMAD - 1992).
En 1987 se publicó el
informe final de la Comisión, (conocido como Informe Brundtland) titulado
Nuestro Futuro Común, que llamó la atención sobre la urgente necesidad de
encontrar formas de desarrollo económico que se sostuvieran sin la reducción de
los de los recursos naturales ni daños al medio ambiente, y que fue base para
que la Asamblea General de las Naciones Unidas convocara a la Cumbre sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo, (conocida como Cumbre de la Tierra), celebrada
en Río de Janeiro en 1992.
Uno de los principales
logros de este evento fue la Agenda 21, también conocida como Programa 21, que
es un programa de acción de gran alcance.
Otros resultados
fueron la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y los
Principios Jurídicamente no Vinculantes sobre Bosques de todo Tipo. En cuanto a
documentos jurídicamente vinculantes, la Cumbre abrió dos documentos para su
firma por parte de los Estados; el Convenio Internacional sobre Diversidad
Biológica (CBD) y el Convenio Internacional sobre Cambio Climático.
Al finalizar la Cumbre
de la Tierra la comunidad internacional se fijó como meta realizar en 2002 otra
gran Cumbre para revisar los avances mundiales en la ejecución de la Agenda 21.
Cinco años después de
la CNUMAD, se realizó una sesión especial de la Asamblea General de las
Naciones Unidas en Nueva York para evaluar los adelantos que se habían logrado
a partir de los objetivos planeados en Río.
2.- Objetivos de la
Cumbre de Johannesburgo
La Cumbre Mundial sobre
Desarrollo Sostenible, (Johannesburgo, Sudáfrica, 26 de agosto al 4 de
septiembre del 2002) se celebró atendiendo a la convocatoria de Naciones
Unidas, para efectuar una evaluación de la implementación de los acuerdos de la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que se
realizó en Río de Janeiro, Brasil, en 1992.
Se pretendió, por parte
de los representantes de los países, sectores y organizaciones de la sociedad,
revisar lo que se había hecho, adoptar nuevas medidas e identificar nuevas
metas para la instrumentación de la Agenda 21 y se esperaba que las medidas
concretas que se acordaran permitieran reducir la brecha que ha impedido su
ejecución.
También pretendió
responder a la preocupación de la comunidad internacional por frenar el
deterioro ambiental que se registra a nivel global debido a los procesos
insustentables, a la sobre explotación de los recursos naturales y a la
necesidad de emprender el compromiso del desarrollo sustentable, a través de la
interacción de políticas económicas, sociales y ambientales.
El Secretario General
de las Naciones Unidas, Kofi Annan, identificó cinco áreas claves en las que la
Cumbre de Johannesburgo centrara y priorizara su discusión: agua y saneamiento,
energía, salud, productividad agrícola, biodiversidad y la gestión de los
ecosistemas.
3- Participación de
México en las actividades previas a la Cumbre de Johannesburgo
El principal
responsable de la organización de la Cumbre de Johannesburgo fue la Comisión
sobre Desarrollo Sostenible (conocido como CDS10), el cual actuó como Comité
preparatorio de la misma, y celebró cuatro sesiones preparatorias en 2001 y
2002, que se conocen como PreComs.
México participó en las
cuatro sesiones del Comité Preparatorio convocadas por Naciones Unidas, con el
propósito de integrar la agenda que se abordaría durante la Cumbre.
Durante dichas
sesiones, México impulsó propuestas relacionadas a la prioridad que concede a
las gestiones relacionadas con el acceso a los recursos genéticos, la
vulnerabilidad y la integración de políticas.
Igualmente, participó
en el proceso regional preparatorio de la Cumbre, realizado con el interés de
identificar prioridades futuras para adopción de medidas desde la perspectiva
de América Latina y el Caribe, y de examinar el progreso alcanzado en los
objetivos del desarrollo sostenible desde 1992.
Una de las principales
preocupaciones abordadas en el ámbito del Comité Preparatorio Regional se
refirieron a los efectos negativos de la globalización como son la
inestabilidad financiera y económica, la exclusión social y el agotamiento de
los recursos naturales, exhortando a que fomenten un carácter sustentable de la
globalización.
A fin de preparar la
participación de México en la Cumbre de Johannesburgo, se estableció un Comité
Nacional Preparatorio integrado por representantes de dependencias e
instituciones del gobierno federal, así como de diversos sectores y
organizaciones de la sociedad, copresidido por los Secretarios de Medio
Ambiente y Recursos Naturales y de Relaciones Exteriores.
Las propuestas y
preocupaciones de los diversos sectores sociales fueron planteados en 24 foros
y seminarios celebrados por el Comité, en los cuales se abordaron diversos
temas.
4.- Propuestas de
México para la Cumbre.
Tomando como base la conceptualización de la
nueva visión de México hacia la sustentabilidad, contenida en el Plan Nacional
de Desarrollo (2001 - 2006) y desarrollada con mayor detalle en el Programa
Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2001- 2006) y las iniciativas
de la sociedad, expuestas en los trabajos del Comité Nacional Preparatorio, se
destacaron las siguientes propuestas que se ubican en cuatro grandes ámbitos:
a) - Propuestas
para la acción global
b)- Propuestas
para las naciones ante el desarrollo sustentable
-
c)- Propuestas para la protección de la
biodiversidad
-
-
d)- Propuestas para promover el desarrollo
equitativo
-
5.- Participación de
México durante la Cumbre de Johannesburgo
La delegación mexicana
estuvo compuesta por representantes de distintas dependencias del gobierno
federal, de gobiernos estatales y municipales, del Poder Legislativo, así como
miembros de los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable y
representantes de los Grupos Principales, los cuales participaron activamente
en los distintos foros, plenarias, mesas redondas, paneles, grupos de
contactos, eventos paralelos, etc., en los que se desarrolló el evento. Entre
las acciones más destacadas de México estuvieron las siguientes:
·
Promotor de la Iniciativa Latinoamericana y del
Caribe que impulsaba el aumento en 10% en el uso de energías renovables para
2010.
·
Presentó, junto con Australia, la iniciativa
acordada por las 21 economías representadas en la APEC, sobre Energía para el
Desarrollo Sostenible.
·
Demandó el compromiso responsable con el
Protocolo de Kyoto.
·
Pugnó porque la propuesta de Declaración
Política de la Cumbre, incluya la defensa de la propiedad intelectual de los
pueblos indígenas en su conocimiento tradicional.
·
Constituyó el Grupo de Países Megadiversos
Afines el cual es presidido por México.
·
En torno a la salud de las mujeres, pugnó por el
cambio de un párrafo que supeditaba los derechos sanitarios y reproductivos de
la mujer "a las legislaciones nacionales y valores culturales y religiosos"
por una mención a los "Derechos Humanos y libertades fundamentales".
. - En el Grupo de Contacto de América Latina y el Caribe, en el marco de la
Iniciativa Latinoamericana y Caribeña para el Desarrollo Sostenible, incorporó
en los temas la necesidad de impulsar la entrada en vigor del Protocolo de
Kyoto y el de la vulnerabilidad al cambio climático.
·
En el Grupo de Contacto de Principios de Río,
México, la Unión Europea, Noruega y Suiza propusieron la expansión del
Principio 15 y apoyar el desarrollo que este ha tenido en el Derecho
Internacional.
·
En el Grupo de Contacto de Mecanismos de
Implementación, México apoyó la Declaración del Milenio, los resultados del
Consenso de Monterrey y la Declaración de Doha, y específicamente apoyó la
remoción de subsidios.
·
Contribuyó a alcanzar un acuerdo relativo a las
ventajas de liberalizar los bienes y servicios ambientalmente amigables e
impulsar la cooperación para el desarrollo de capacidades y la transferencia de
tecnología.
·
Reafirmó el rol vital de los pueblos indígenas
en el desarrollo sostenible y pugnó por que se incluyera la propuesta que
plantea la necesidad de defender la propiedad intelectual del conocimiento
tradicional de los pueblos indígenas.
·
En el ámbito de la participación social, México
señaló que la formulación de los cuadros para el desarrollo sostenible es una
prioridad particularmente para asegurar una urbanización sostenible.
6.- Principales
acuerdos alcanzados en la Cumbre
Los compromisos
principales se encuentran contenidos en la Declaración Política y el Plan de
Acción.
Los principales
acuerdos que se lograron, son los siguientes:
Erradicación de la
Pobreza; disminuir el porcentaje de pobres para el año 2015, y establecer un
fondo para ayudar a erradicar la pobreza con contribuciones voluntarias.
Agua y Sanidad; lanzar
un programa de acción con asistencia financiera y técnica, con miras a reducir
a la mitad de aquí al 2015 la proporción de seres humanos que no pueden tener
acceso al agua potable o comprarla, y la proporción de seres humanos que no
tienen acceso a los medios de saneamiento decentes.
Salud; que un acuerdo
de la Organización Mundial de Comercio sobre patentes no impida que los países
pobres puedan suministrar medicinas para toda la población, y asegurar una
gestión racional de los productos químicos a lo largo de todo su ciclo de vida,
de manera que antes de 2020 los modos de utilización y de fabricación no tengan
efectos nocivos significativos sobre la salud de los humanos y de su entorno.
Energía; aumentar el
uso de fuentes de energía renovable y hacerlas más accesibles a los pobres.
Diversificar el abastecimiento energético desarrollando tecnologías innovadoras
menos contaminantes y de mejor rendimiento, recurriendo a combustibles fósiles,
así como a tecnologías basadas en energías renovables, incluida la energía
hidroeléctrica. y (garantizando) su transferencia a los países en desarrollo.
Alentar y promover la
elaboración de programas marco decenales que sirvan de apoyo a las iniciativas
regionales y nacionales tendientes a acelerar el paso a modos de consumo y de
producción sostenibles.
Aumentar de manera
urgente y sustancial la parte global de las fuentes de energías renovables,
reconociendo el papel de objetivos nacionales. o regionales, fijados sobre una
base voluntaria y el papel de las iniciativas existentes.
Protección y Manejo de
los Recursos Naturales y la Biodiversidad; reducir
"considerablemente" la pérdida de especies para 2015; restablecer la
mayoría de las existencias de peces en los caladeros comerciales para 2015;
aplicación de la Convención sobre la Diversidad Biológica y la reducción
significativa del ritmo actual de empobrecimiento de la biodiversidad de aquí a
2010.;aumentar el suministro de nuevos recursos financieros y técnicos a los
países en desarrollo, a fin de mantener o restablecer las reservas a un nivel
que permitan obtener un rendimiento máximo sostenible para el 2015.
Implementación
de la Agenda 21; concretar los compromisos de aumentar la ayuda pública al
desarrollo anunciados en Monterrey, (el 0.7 por ciento de su producto bruto
nacional); instrumentar la Declaración del Milenio y los Principios de Río;
incrementar facilidades financieras para la aplicación de la Agenda 21.
Comercio; reafirmar los
Acuerdos de Doha; considerar que los acuerdos de la O.M.C tienen el mismo nivel
que los tratados ambientales globales, (voluntad de los países ricos de
negociar un acuerdo para el 1º de enero de 2005, en el marco de la O. M.C.,
para lograr "mejoras considerables en el acceso a los mercados" de
productos agrícolas de países en desarrollo. )
Calentamiento global;
los Estados que han ratificado el Protocolo de Kyoto llaman a los Estados que
no lo han hecho aún a ratificarlo.
7.- Seguimiento por
parte de México
En el marco de la
Convención sobre Diversidad Biológica, México promoverá la certificación legal
de la procedencia de los materiales biológicos, el consentimiento informado
para realizar colectas y el respeto a los acuerdos para la transparencia de
materiales genéticos.
La creación del Grupo
de Acción de Países Megadiversos afines es un logro de cooperación entre países
cuyo objetivo es influir en la escena internacional, por lo cual México
impulsará y apoyará las políticas y acciones que de esta instancia emanen.
México impulsará la creación
de un Grupo de Países afines vulnerables al cambio climático.
México participará en
la Vlll Conferencia de las partes de la convención marco de Naciones Unidas
sobre Cambio Climático.
México apoya y
difundirá la Carta de la Tierra, que contiene principios éticos fundamentales
para el desarrollo sostenible y que fue adoptada mediante un amplio proceso de
consulta entre los distintos sectores de la sociedad mexicana.
La Cumbre de Río (o Cumbre de la
Tierra) se llevó a cabo del 3 al 14 de junio de 1992. En ella participaron 172
países (con 108 jefes de Estado) y 2,400 representantes de organizaciones no
gubernamentales. Durante la cumbre se trataron los temas de medio ambiente y
desarrollo sostenible. Como resultado de la Cumbre de Río se generaron los
siguientes documentos: Agenda 21, la Declaración de Principios Forestales, la
Convención para un Marco de las Naciones Unidas en Cambio Climático, la
Convención de las Naciones Unidas sobre la diversidad biológica y la
Declaración de Río sobre Medioambiente y Desarrollo.
Resumen de los principios de
la Declaración de Río sobre Medioambiente y Desarrollo
·
Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad
mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad del
ecosistema de la Tierra.
·
Los Estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus
propios recursos según sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la
responsabilidad de velar por que las actividades realizadas dentro de su
jurisdicción o bajo su control no causen daños al medio ambiente de otros
Estados o de zonas que estén fuera de los limites de la jurisdicción nacional.
Además el desarrollo de cada nación debe ejercerse en forma tal que responda
equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las
generaciones presentes y futuras mediante el intercambio de conocimientos
científicos y tecnológicos, e intensificando el desarrollo, la adaptación, la
difusión y la transferencia de tecnologías, entre estas, tecnologías nuevas e
innovadoras.
·
Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en
la tarea esencial de erradicar la pobreza como requisito indispensable del
desarrollo sostenible.
·
Se deberá dar especial prioridad a la situación y las
necesidades especiales de los países en desarrollo, en particular los países
menos adelantados y los más vulnerables desde el punto de vista ambiental.
·
Los Estados deberán desarrollar un sistema económico
internacional favorable y abierto que llevara al crecimiento económico y el
desarrollo sostenible de todos los países; así como de una legislación nacional
relativa a la responsabilidad y la indemnización respecto de las víctimas de la
contaminación y otros daños ambientales.
·
Deberá emprenderse una evaluación del impacto ambiental, en
calidad de instrumento nacional, respecto de cualquier actividad propuesta que
probablemente haya de producir un impacto negativo considerable en el medio
ambiente y que este sujeta a la decisión de una autoridad nacional competente.
·
Las mujeres, los jóvenes, las poblaciones indígenas y sus
comunidades, así como otras comunidades locales desempeñan un papel fundamental
en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo. Es, por tanto,
imprescindible contar con su plena participación para lograr el desarrollo
sostenible.
·
La guerra es, por definición, enemiga del desarrollo
sostenible.
·
La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son
interdependientes e inseparables.
Hace 10 años, la cumbre de Río
concluyó con algunos resultados positivos, aunque modestos. De ahí salió la
Agenda 21, catálogo de medidas con un enfoque integral para los problemas
ambientales más apremiantes, dos convenciones importantes (cambio climático y
biodiversidad) y varios acuerdos regionales y sectoriales (bosques,
pesquerías). El espíritu era claro: los problemas debían resolverse de manera
equitativa porque los países industrializados cargan con la mayor
responsabilidad en el deterioro ambiental a escala global. No era la panacea,
pero el razonamiento daba esperanzas.
La cumbre de Johannesburgo sobre
desarrollo sustentable (prevista para septiembre de este año) debe evaluar los
logros desde la reunión de Río de Janeiro sobre medio ambiente; pero entre Río
de Janeiro y Johannesburgo se interpone una década de globalización neoliberal.
En lugar de promover el espíritu de Río, se impuso la apertura comercial y la
desregulación financiera. En el proceso aumentaron el deterioro ambiental y la
desigualdad, y se redujo la viabilidad del desarrollo sustentable.
Diez años después el paradigma de
la globalización neoliberal no sólo no garantiza el crecimiento y la reducción
de la pobreza, sino que contradice en muchos rubros la agenda ambiental
establecida en Río. En consecuencia Johannesburgo será la controversia educada
entre los verdaderos ambientalistas y la postura político-comercial, la cual
disfraza la disminuida capacidad de cumplir compromisos con otros Estados y
aumenta el deseo económico de superioridad sobre las demás naciones y con el
Medio Ambiente.
Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo
Habiéndose reunido en Río de
Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992,
Reafirmando la Declaración de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, aprobada en Estocolmo
el 16 de junio de 1972, y tratando de basarse en ella, Con el objetivo de
establecer una alianza mundial nueva y equitativa mediante la creación de
nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las
sociedades y las personas, Procurando alcanzar acuerdos internacionales en los
que se respeten los intereses de todos y se proteja la integridad del sistema
ambiental y de desarrollo mundial, Reconociendo la naturaleza integral e
interdependiente de la Tierra, nuestro hogar, Proclama que:
PRINCIPIO 1
Los seres humanos constituyen el
centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen
derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.
PRINCIPIO 2
De conformidad con la Carta de las
Naciones Unidas y los principios del derecho internacional, los Estados tienen
el derecho soberano de aprovechar sus propios recursos según sus propias
políticas ambientales y de desarrollo, y la responsabilidad de velar por que
las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control no
causen daños al medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén fuera de
los límites de la jurisdicción nacional.
PRINCIPIO 3
El derecho al desarrollo debe
ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las necesidades de
desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
PRINCIPIO 4
A fin de alcanzar el desarrollo
sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituir parte integrante
del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada.
PRINCIPIO 5
Todos los Estados y todas las
personas deberán cooperar en la tarea esencial de erradicar la pobreza como
requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de reducir las
disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades de la
mayoría de los pueblos del mundo.
PRINCIPIO 6
Se deberá dar especial prioridad a
la situación y las necesidades especiales de los países en desarrollo, en
particular los países menos adelantados y los más vulnerables desde el punto de
vista ambiental. En las medidas internacionales que se adopten con respecto al
medio ambiente y al desarrollo también se deberían tener en cuenta los
intereses y las necesidades de todos los países.
PRINCIPIO 7
Los Estados deberán cooperar con
espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud
y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que han contribuido en
distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los Estados tienen
responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados reconocen
la responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo
sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio
ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que
disponen.
PRINCIPIO 8
Para alcanzar el desarrollo
sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas, los Estados
deberían reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo
insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas.
PRINCIPIO 9
Los Estados deberían cooperar en el
fortalecimiento de su propia capacidad de lograr el desarrollo sostenible,
aumentando el saber científico mediante el intercambio de conocimientos
científicos y tecnológicos, e intensificando el desarrollo, la adaptación, la
difusión y la transferencia de tecnologías, entre éstas, tecnologías nuevas e
innovadoras.
PRINCIPIO 10
El mejor modo de tratar las
cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos
interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona
deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que
dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre los
materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como
la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los
Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de
la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá
proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y
administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos
pertinentes.
PRINCIPIO 11
Los Estados deberán promulgar leyes
eficaces sobre el medio ambiente. Las normas, los objetivos de ordenación y las
prioridades ambientales deberían reflejar el contexto ambiental y de desarrollo
al que se aplican. Las normas aplicadas por algunos países pueden resultar
inadecuadas y representar un costo social y económico injustificado para otros
países, en particular los países en desarrollo.
PRINCIPIO 12
Los Estados deberían cooperar en la
promoción de un sistema económico internacional favorable y abierto que llevara
al crecimiento económico y el desarrollo sostenible de todos los países, a fin
de abordar en mejor forma los problemas de la degradación ambiental. Las
medidas de política comercial con fines ambientales no deberían constituir un
medio de discriminación arbitraria o injustificable ni una restricción velada
del comercio internacional. Se debería evitar tomar medidas unilaterales para
solucionar los problemas ambientales que se producen fuera de la jurisdicción
del país importador. Las medidas destinadas a tratar los problemas ambientales
transfronterizos o mundiales deberían, en la medida de lo posible, basarse en
un consenso internacional.
PRINCIPIO 13
Los Estados deberán desarrollar la
legislación nacional relativa a la responsabilidad y la indemnización respecto
de las víctimas de la contaminación y otros daños ambientales. Los Estados
deberán cooperar asimismo de manera expedita y más decidida en la elaboración
de nuevas leyes internacionales sobre responsabilidad e indemnización por los
efectos adversos de los daños ambientales causados por las actividades
realizadas dentro de su jurisdicción, o bajo su control, en zonas situadas
fuera de su jurisdicción.
PRINCIPIO 14
Los Estados deberían cooperar
efectivamente para desalentar o evitar la reubicación y la transferencia a
otros Estados de cualesquiera actividades y sustancias que causen degradación
ambiental grave o se consideren nocivas para la salud humana.
PRINCIPIO 15
Con el fin de proteger el medio
ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución
conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible,
la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir
la degradación del medio ambiente.
PRINCIPIO 16
Las autoridades nacionales deberían
procurar fomentar la internalización de los costos ambientales y el uso de
instrumentos económicos, teniendo en cuenta el criterio de que el que contamina
debe, en principio, cargar con los costos de la contaminación, teniendo
debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las
inversiones internacionales.
PRINCIPIO 17
Deberá emprenderse una evaluación
del impacto ambiental, en calidad de instrumento nacional, respecto de
cualquier actividad propuesta que probablemente haya de producir un impacto
negativo considerable en el medio ambiente y que esté sujeta a la decisión de
una autoridad nacional competente.
PRINCIPIO 18
Los Estados deberán notificar
inmediatamente a otros Estados de los desastres naturales u otras situaciones
de emergencia que puedan producir efectos nocivos súbitos en el medio ambiente
de esos Estados. La comunidad internacional deberá hacer todo lo posible por
ayudar a los Estados que resulten afectados.
PRINCIPIO 19
Los Estados deberán proporcionar la
información pertinente, y notificar previamente y en forma oportuna, a los
Estados que posiblemente resulten afectados por actividades que puedan tener
considerables efectos ambientales transfronterizos adversos, y deberán celebrar
consultas con esos Estados en una fecha temprana y de buena fe.
PRINCIPIO 20
Las mujeres desempeñan un papel
fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo. Es, por
tanto, imprescindible contar con su plena participación para lograr el
desarrollo sostenible.
PRINCIPIO 21
Debería movilizarse la creatividad,
los ideales y el valor de los jóvenes del mundo para forjar una alianza mundial
orientada a lograr el desarrollo sostenible y asegurar un mejor futuro para
todos.
PRINCIPIO 22
Las poblaciones indígenas y sus
comunidades, así como otras comunidades locales, desempeñan un papel
fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo debido a sus
conocimientos y prácticas tradicionales. Los Estados deberían reconocer y
apoyar debidamente su identidad, cultura e intereses y hacer posible su
participación efectiva en el logro del desarrollo sostenible.
PRINCIPIO 23
Deben protegerse el medio ambiente
y los recursos naturales de los pueblos sometidos a opresión, dominación y
ocupación.
PRINCIPIO 24
La guerra es, por definición,
enemiga del desarrollo sostenible. En consecuencia, los Estados deberán
respetar las disposiciones de derecho internacional que protegen al medio
ambiente en épocas de conflicto armado, y cooperar en su ulterior desarrollo,
según sea necesario.
PRINCIPIO 25
La paz, el desarrollo y la
protección del medio ambiente son interdependientes e inseparables.
PRINCIPIO 26
Los Estados deberán resolver
pacíficamente todas sus controversias sobre el medio ambiente por medios que
corresponda con arreglo a la Carta de las Naciones Unidas.
PRINCIPIO 27
Los Estados y las personas deberán
cooperar de buena fe y con espíritu de solidaridad en la aplicación de los
principios consagrados en esta Declaración y en el ulterior desarrollo del
derecho internacional en la esfera del desarrollo sostenible.